martes, 15 de enero de 2008

PENSAMIENTOS EN VOZ ALTA...


¿Cómo sabes que eso está bien, que todo cambia? ¿Cómo encuentras la forma de sentirte a gusto en la vida sin que te parta el corazón? Lo más difícil que puedes aprender, es a decir adiós.


Mi madre me dijo una vez que cuando tienes miedo de algo, lo que más quieres es hacer que desaparezca, quieres que tu vida vuelva a ser como antes de descubrir que tenías miedo de algo. Quieres levantar un muro y vivir tu antigua vida detrás de él, pero nada sigue igual, no es tu antigua vida, es tu nueva vida rodeada por un muro. Tu elección no es volver a como eran las cosas antes, tu elección es esconderte o ir al fondo de aquello que te da miedo

A veces la mejor forma de entrar en lo desconocido es dando pasos que conoces, pasos pequeños, hacer cosas corrientes para enfrentarte a algo que no es nada corriente. Siempre vamos hacia un sitio nuevo, sin parar. Las cosas corrientes nos permiten fingir que no entramos en territorio desconocido, das esos pasos pequeños y conocidos, intentando ser sincero, no vivir como si nada hubiera pasado, pero seguir con tu vida. Pero hay momentos en que lo que necesitas es un recuerdo de como eran las cosas.

No sé que pasará ahora, no sé lo que voy a ser ni lo que voy a aprender, pero lo que sí sé es esto: la vida, toda la vida, consiste en hacer preguntas, no es conocer respuestas; querer ver lo que hay al otro lado de la colina es lo que nos hace seguir avanzando, haciendo preguntas, queriendo comprender. Incluso cuando sabemos que nunca encontraremos las respuestas hay que seguir haciendo preguntas

A todos nos gusta pensar que tenemos cierto control sobre nuestras vidas, y muchas veces nos engañamos a nosotros mismos pensando que estamos al mando. Pero entonces pasa algo que nos recuerda que el mundo funciona con sus propias reglas, y no con las nuestras. Que sólo estamos de paso.

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